RIVER 1 - BOCA 1
Amor sin máscara
El abrazo entre Palermo -que se sacó el antifaz en el entretiempo- y Riquelme fue algo más que un festejo: "NosParece que con Riquelme nos estamos queriendo mucho. Es lo que sentimos adentro de la cancha. Con el tiempo, cada uno sabe lo referente que somos para el grupo y lo importante del aporte de cada uno. Siempre fue igual la relación. Pudo haber alguna diferencia, que es normal. Pero nos conocemos hace diez años. A veces las cosas se agrandan de más". Algo cambió, sí. No fue un abrazo más, no. No fue por compromiso. No fue por protocolo. No fue por la simple alegría de convertirle un gol a River, de meter el empate. No fue sólo por la emoción del momento, porque se dejaron llevar. Porque hubo otros ta
ntos festejos, que los tuvieron lejos, en los que sólo intercambiaron palmadas, miradas, gestos de aprobación distante o nada. Lo blanquea Martín Palermo, ya más tranquilo, fuera del Monumental, charlando con Fox Sports. Sorprende el capitán asumiendo que hay un amor creciente y sonante afuera que está dando réditos adentro. Viendo las imágenes, las fotos, da la sensación de que hasta no hacen falta las palabras de Martín para explicarlo: se nota. Se notó en la circulación de la pelota, en la búsqueda constante. No, no es que antes no se pasaran la pelota: los goles los han tenido más de una vez como coprotagonistas. Pero da la sensación de que, cuando la sincronía es real, Román le da con el taco y Palermo la mete adentro y se abrazan y se ríen y se miran y se cuelgan el uno del otro. Por más que el equipo no haya tenido su mejor tarde, el amor fue más fuerte estamos queriendo mucho", dijo Martín. ¿Amigos?
Amor sin máscara
El abrazo entre Palermo -que se sacó el antifaz en el entretiempo- y Riquelme fue algo más que un festejo: "NosParece que con Riquelme nos estamos queriendo mucho. Es lo que sentimos adentro de la cancha. Con el tiempo, cada uno sabe lo referente que somos para el grupo y lo importante del aporte de cada uno. Siempre fue igual la relación. Pudo haber alguna diferencia, que es normal. Pero nos conocemos hace diez años. A veces las cosas se agrandan de más". Algo cambió, sí. No fue un abrazo más, no. No fue por compromiso. No fue por protocolo. No fue por la simple alegría de convertirle un gol a River, de meter el empate. No fue sólo por la emoción del momento, porque se dejaron llevar. Porque hubo otros ta
ntos festejos, que los tuvieron lejos, en los que sólo intercambiaron palmadas, miradas, gestos de aprobación distante o nada. Lo blanquea Martín Palermo, ya más tranquilo, fuera del Monumental, charlando con Fox Sports. Sorprende el capitán asumiendo que hay un amor creciente y sonante afuera que está dando réditos adentro. Viendo las imágenes, las fotos, da la sensación de que hasta no hacen falta las palabras de Martín para explicarlo: se nota. Se notó en la circulación de la pelota, en la búsqueda constante. No, no es que antes no se pasaran la pelota: los goles los han tenido más de una vez como coprotagonistas. Pero da la sensación de que, cuando la sincronía es real, Román le da con el taco y Palermo la mete adentro y se abrazan y se ríen y se miran y se cuelgan el uno del otro. Por más que el equipo no haya tenido su mejor tarde, el amor fue más fuerte estamos queriendo mucho", dijo Martín. ¿Amigos? 
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